Juan Luis Contreras: el match de un egresado entre innovación e impacto social

El egresado de la Escuela de Negocios es el CEO y socio de Patagon Valley, el primer parque tecnológico y energético de América Latina, además de formar parte de TWH, una empresa del grupo IMEL Steel, que se dedica a la innovación y desarrollo de soluciones habitacionales en acero, mejorando la calidad de vida de personas en el norte y sur de Chile.

Juan Luis Contreras, ingeniero comercial UAI, siempre tuvo la inquietud por emprender. Al egresar de la universidad, realizó el Magíster en Innovación y Emprendimiento UAI en 2011 y luego un postgrado en gestión de proyectos inmobiliarios en 2015 en la sede Errázuriz. Sus primeros pasos profesionales los dio en una de las empresas de acero más grandes de Chile, IMEL. Hoy es su Chief Financial Officer (CFO), y recientemente lograron el reconocimiento a la empresa con más crecimiento en la industria del acero en los últimos 10 años. El emprendimiento se hizo esperar, pero llegó con pasos agigantados.

En 2018, cuenta Juan Luis que tuvo la inquietud de estudiar en el extranjero. Postuló a Stanford, Harvard y Columbia para realizar un Executive Master. Quedó seleccionado en las tres. “Me dieron la posibilidad de realizarlo en Stanford y Columbia juntas, por lo que me radiqué en ambos lugares. Fui a Apple, Facebook, Google, etc.”, cuenta. Juan Luis era el estudiante más joven, con 32 años. En 2019 volvió a Chile. “Acá conocí a una persona que había comprado un terreno en el sur, en un sector que se llama Cabo Negro. Él quería hacer un loteo industrial. Yo me puse a estudiar la zona y me di cuenta que Huawei había hecho en los alrededores del lugar, un proyecto de fibra óptica para conectar Punta Arenas con el resto de Chile”, explica. El egresado UAI señala que le llamó la atención de inmediato. ¿Por qué Huawei estaba dispuesta a invertir tanto en una zona tan alejada?

En paralelo, la consultora McKinsey estaba realizando un estudio para identificar cuál era el lugar más barato del mundo para desarrollar hidrógeno verde. En esa línea, el ingeniero comercial UAI contextualiza que, en Chile, los últimos 20 años se ha mirado hacia el norte. “Se descubrió que la mejor energía eólica del planeta está en la Región de Magallanes. La gracia que tiene este sector es que estás en el Pacífico y en el Atlántico al mismo tiempo. Aparte de tener un costo barato para generar hidrógeno verde, tienes que tener también un costo competitivo de exportación. Y, en ese sentido, Punta Arenas te da una ubicación inmejorable. Es más fácil salir para cualquier parte”, señala Juan Luis sobre la posición privilegiada de Chile en el desarrollo de hidrógeno verde de cara al futuro.

Con este contexto en mente, le sugirió al dueño del terreno cambiar el foco del negocio. Fue en ese entonces cuando Contreras compró él mismo parte del terreno -tres meses antes de que llegara el Covid-19-, y buscó un fondo de inversión para comprarlo. “Fue ahí cuando empecé a pensar en la marca y que fuera potente. Silicon Valley, donde estudié, es la meca de la innovación. Fue entonces que se me ocurrió ‘Patagon Valley’, haciendo similitud con Stanford”, cuenta.

“Levanté el fondo y, sin saber quiénes eran, nos tocan la puerta los dos primeros clientes. Al mismo tiempo, ¡resultaron ser Amazon y SpaceX!”, dice Juan Luis. SpaceX es una empresa de Elon Musk, dueño de Tesla. “Tesla es la mayor empresa de autos eléctricos del mundo. ¿Qué dijo él? ‘Si la innovación es el modelo del auto, me van a copiar. Tengo que darle software, algo intangible’. Y así surgió la idea de la primera empresa de autos que se manejan autónomamente. Para hacer eso, necesitas mucha tecnología, Inteligencia Artificial, internet en todo momento. ¿Y cómo se hace eso? Con satélites en el espacio. Usó Spacex, que es todo lo que hace con la Nasa, para el proyecto Starlink, que busca crear una constelación de satélites de internet, con el objetivo de brindar un servicio de internet de banda ancha, baja latencia y cobertura mundial a bajo costo”.

“Mucho antes que uno, ellos -Elon Musk y Jeff Bezos, fundador de Amazon- ya sabían del valor del lugar”, dice el egresado UAI.

¿Cuál es el “oro” de este lugar que cautivó a los dos hombres más ricos del mundo? Juan Luis explica que la zona tiene conexión a fibra óptica, además de un lugar idóneo para la generación de hidrógeno verde, y también internet satelital, que es más directa y rápida. La cercanía con los satélites que orbitan la Tierra es inmejorable. Amazon, por su parte, busca -a través del proyecto Kuiper- lanzar satélites al espacio para administrar datos e información a mayor velocidad para comunidades desatendidas en todo el mundo.  Para esto, necesita el mejor lugar de conexión al espacio. “La corredora de propiedades les dio las coordenadas, y era Patagon Valley. Yo estaba recién armando la página web”, cuenta Juan Luis.

*A la izquierda, una de las antenas de Amazon en Patagon Valley, en Punta Arenas.

Patagon Valley es un terreno de 180 hectáreas, colindante con el Estrecho de Magallanes, a 20 minutos del centro de Punta Arenas. “Para mi, por un lado, fue un premio al esfuerzo y al riesgo. Mi proyecto iba a ser uno tecnológico, que nunca pensé iba a estar alineado a los hombres más ricos del mundo. Yo compré el terreno hace dos años y medio y esto pasó en 24 meses. Es impresionante”, dice. Como vecinos tiene a reconocidas empresas globales como Porsche, y la francesa Total, de aceite móvil. Ambas buscan desarrollar hidrógeno verde para exportar a Alemania.

A mediano plazo, Contreras asegura que Patagon Valley se irá consolidando más, y que prevé que serán el hub tecnológico de América Latina. “Van a llegar más empresas de clase mundial a nuestro parque. Tenemos condiciones únicas”, anticipa. El profesional explica que un data center es un computador gigante que tiene que tener mucho poder para que esté prendido, y que es necesario enfriar, proceso denominado “free cooling”. “Lo más práctico es hacer data centers en lugares donde se enfríen solos. Creemos que va a venir una ola de data centers en el sur”, dice.

Juan Luis realizó recientemente un programa sobre blockchain en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), en el que destacó como el mejor alumno del mundo. En ese contexto, acentúa que la formación que le dio la UAI fue vital para su éxito. “La Universidad Adolfo Ibáñez me dio 100% el hambre y la visión de emprender. Si quieres ser empresario, emprendedor, crear una startup, estudia en la Adolfo Ibáñez. Yo siempre supe que quería estudiar aquí. Desde muy chico estuve metido en los negocios por mi papá, y le dije ‘voy a ser ingeniero comercial de la Adolfo Ibáñez’ cuando tenía 13 años. Siempre he sido inquieto, he leído, y leía sobre la universidad. Me encantaba”, señala.

El profesional también destaca de manera especial el formato de estudio que entrega la UAI. “Pude hacer mi minor en periodismo, y eso me ayudó mucho. Algunos ramos fueron de medios de comunicación, de cómo hacer una buena noticia, una buena estrategia de negocios, y todo eso me ha ayudado a hacer una buena campaña de marketing. La UAI me dio esta posibilidad”.

IMPACTO SOCIAL DE CALIDAD

Juan Luis Contreras no solo se desempeña en el sector tecnológico. También, y desde que egresó, es parte de TWH, una empresa del grupo IMEL Steel, que se dedica a la innovación y desarrollo de soluciones habitacionales en acero, enfocados exclusivamente en la vivienda social.​ TWH busca romper el paradigma de la construcción tradicional, dando soluciones de un standard superior mejorando la construcción y protegiendo el medio ambiente, promoviendo así un cambio en la construcción a través de la industrialización, creando soluciones constructivas e innovadoras que beneficien la vida de las personas.

“Chile tiene un déficit de familias a la espera de viviendas sociales. El problema es que las que se hacen no alcanzan para todos. Invertimos mucho en I+D, específicamente en cómo hacer economías de escala e integración vertical con nuestras operaciones actuales. Luego, incorporar robótica de clase mundial, con el fin de duplicar el tamaño de casas que recibían los chilenos más necesitados y, al mismo tiempo, mejorar la calidad de la vivienda, al ser en acero galvanizado y con eficiencia energética”, explica Juan Luis.

Partieron en 2019, han trabajado junto al Ministerio de Vivienda y Urbanismo en el proyecto “La casa que quiero” (a la derecha), y el año pasado ganaron el reconocimiento a la mejor vivienda social de Chile, la más digna del país. “Desarrollamos una casa de Arica a Punta Arenas y estamos ofreciendo una solución permanente. Estamos tratando de apoyar zonas extremas, con casas con eficiencia energética, que se mantienen más frías en verano y más calientes en invierno. Se contamina menos, se usa menos aire acondicionado y menos chimenea. Los desperdicios de la casa son mucho menores, lo que contribuye a mitigar el cambio climático”.

Estas casas se arman en cinco días. Juan Luis señala que tienen comprometido entregar 500 para 2023 en Tierra del Fuego, Puerto Natales y Punta Arenas, además de Salamanca, en el norte. “Estamos invirtiendo en robótica para entregar 2.000 casas al año”, dice el ingeniero comercial UAI.

Juan Luis cuenta que además de las casas, están trabajando en co-works donde los niños puedan asistir después de clases a estudiar, con Wifi sin costo, computadores y climatización. “Tenemos la vivienda, pero la herramienta para superar la pobreza es la educación y deporte; por eso quisimos desplegar este proyecto, que además cuenta con un polideportivo”, señala. Estos co-works construidos en el sector de Cerro El Sombrero, en Tierra del Fuego, se llaman Centros Crea -por sus siglas, Centro de Reforzamiento de la Enseñanza y el Aprendizaje- y son iniciativa del programa ‘Aquí somos todos’, de Canal 13, y a quienes se sumó la empresa Imel, a través de TWH, para apoyar en la construcción sostenible y de calidad para los recintos. 

El egresado UAI destaca principalmente a su padre – Juan Luis Contreras Terfer, empresario y CEO de la empresa Gymsa, de servicios de protección y recubrimientos para el acero- en la formación no solo de su carrera, sino también de su estilo de vida. “Mi papá me leía desde que yo era chico, El Mercurio de negocios. Mi primer viaje de negocios fue a China con él. Fue quien me forjó, y me metió el bicho del negocio y de la calidad de vida. Hoy estoy viviendo a 20 minutos de Pucón, y él me enseñó que no todo es trabajo. Tengo una hija de cuatro meses y acá estamos felices. Hoy se puede ser exitoso en los negocios y tener una buena calidad de vida gracias a la tecnología, sin necesariamente vivir en Santiago todo el año”, concluye.  

Conoce más de Patagon Valley en patagon-valley.com y de TWH en twh.cl