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3 Abril 2024 | |
Escrito por Valeria Suárez (Espejo) | |
Historias de egresados |
Como actividad cúlmine de la conmemoración del mes de la mujer, en los campus de Viña del Mar y Peñalolén la Escuela de Negocios organizó conversatorios con egresadas destacadas de Ingeniería Comercial, con el objetivo de conocer su experiencia en el desarrollo de destacadas trayectorias profesionales y su visión del mundo de los negocios y emprendimiento actual.
En Viña del Mar, el vicedecano de pregrado Alejandro Montecinos conversó con María José Peralta; socia fundadora de Oh!Seeds; Jimena Zapata, fundadora y CEO de Genias y María Jesús Arze, fundadora y CEO de Coccolino.
Oh! Seeds es una empresa enfocada en marketing y regalos corporativos ecológicos fundada por María José Peralta. Por su parte, María Jesús Arze, motivada por emprender y por su pasión, la gastronomía, fundó Coccolino, una pastelería de productos de alta calidad que busca entregar endulzar la vida de todos los chilenos. En tanto, Genias, fundada por Jimena Zapata es una una organización que impulsa, visibiliza y promueve el emprendimiento femenino.
Si bien cada una de ellas lideran distintas áreas, todas comparten un en objetivo común: ser un aporte a la sociedad y reconocen que eso es parte del legado que les dejó su paso por la Universidad Adolfo Ibáñez. “El emprender nos ayuda a cambiar el mundo, a mejorarlo, sin duda tiene dificultades, pero a la vez tiene mucha recompensa y beneficio. Importante saber la idea, desarrollarla, conectarse con el mercado, conectarse con la industria, ponerle pasión y garra que sin duda es la clave para poder llevar el emprendimiento al siguiente nivel”, enfatizó Jimena.
Las tres instaron a los futuros ingenieros comerciales a atreverse a emprender con disciplina, rigurosidad y teniendo convicción en sus proyectos.
Al ser consultadas por la importancia de estudiar en la UAI, todas coincidieron en el valor que les entregó la universidad impulsándolas a convertirse en líderes de sus propios proyectos generando un aporte a la sociedad. Destacaron además la excelencia, la red de contactos, el ambiente de campus tanto dentro como fuera de la sala y la cercanía con sus profesores quienes fueron en todo momento un pilar esencial en su formación. “Hoy en día me siento muy orgullosa de haber estudiado en la Adolfo Ibáñez porque una cosa que yo reconozco mucho de la universidad, además de la trayectoria, de la docencia, la buena infraestructura que nos dieron también, es que siempre me sentí en un ambiente grato”, expresó María Jesús Arze.
Coincidió María José: “La universidad entregó una red de contactos muy grande. Al momento de emprender, cuando yo parto con este negocio, lo primero que hice fue tocar puertas, conocidos, compañeros de universidad.”
Finalmente, las invitadas agradecieron la instancia en la que pudieron conectar con las nuevas generaciones entregando un mensaje de motivación para que cada uno tome conciencia de las oportunidades que tienen y que aprovechen todo lo que la UAI les entrega.
Campus Peñalolén
En Santiago, fue el decano de la Escuela de Negocios Juan Carlos Jobet quien lideró la conversación con las ingenieras comerciales UAI Verónica Donoso, empresaria, cofundadora y presidenta de ANS; Rosario Bruna, actual directora ejecutiva de Fundación YA y Ana María Hernández, analista de integración para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Las tres resaltaron la importancia de tener liderazgos claros e inspiradores –“las jefaturas son muy relevantes, determinan el tipo de profesional en que uno se va a convertir, los límites que uno aprende a poner y que también influyen en tu desarrollo de carrera,” señaló Ana María- y de encontrar un propósito, que -si se pierde- se puede volver a encontrar. En el caso de Rosario, este propósito camina de la mano del servicio público, desde que su primera experiencia laboral consistiera en buscar erradicar los campamentos en Lo Barnechea. “Es el mejor trabajo que he tenido en mi vida. Fueron 3 años de trabajo intenso y un compromiso donde sentí que se me iba la vida, me creí el cuento. Eso llevó a que después del terremoto del 2010 me terminan poniendo en el equipo de reconstrucción de Juan Fernández. Me di cuenta que el servicio público era lo que quería hacer por el resto de mi vida.”
Verónica, por su lado, destacó el propósito de las personas que se desarrollan en el mundo empresarial, que no siempre es comprendido o visto con claridad: “El propósito que uno tienen con la empresa es tremendamente poderoso, uno en la empresa crea valor. Primero, hay mucha gente que depende de uno y del éxito que puedas tener. El lucro parece que jugara en contra y no es así, debemos ser responsables y comprender que el lucro te permite no depender de nadie más. Hablo de un el lucro responsable, y también ser buenos jefes. Es parte de mi propósito: aportar a mi Chile, a mi sociedad, a la gente que viene de abajo.”
En ese sentido, Ana María señaló que la Universidad fue clave para poder encontrar su propósito y camino profesional. “Valoro las oportunidades que tuve en la UAI. Me dio el espacio de participar en ayudantías y el en Magíster (de Economía) en particular tuve profesores que fueron mentores. Tienen un trato cercano y crean vínculos. He sido afortunada de la carrera que he ido construyendo.”